Quiénes somos o el amor por los libros


Hace cinco años coincidimos en las aulas del IES Padre Isla una profesora de Lengua y Literatura y dos de sus alumnos, Carlos y Ángel, gemelos además, cuyo gran parecido dificultaba su individualización, si bien ellos siempre lucharon por defender su singularidad que, poco a poco, así como el físico, fue diferenciándolos. Fue un buen curso en el que no se pudieron explorar todas las posibilidades de colaboración, que quedaron en barbecho. Grandes lectores todos. La biblioteca se convirtió en su refugio, su nexo de unión y su pasión.
         Un año más tarde surgió, realmente como una necesidad, la idea de formar un club de lectura en el que estuvieran presentes todos los implicados en el proceso educativo: padres, alumnos y profesores. La idea cuajó, entre quince y veinte personas se animaron y comenzamos con la novela de Luis Sepúlveda “El viejo que leía novelas de amor”, a la que, hasta la actualidad, han seguido muchas otras obras, al ritmo de una al mes, nueve meses al año, casi un parto. Desde el principio, Carlos, Ángel y Maite se convirtieron en parte entusiasta del club y sus opiniones contribuyeron a su buena marcha. La edad contrastaba, las ideas los unían. Cada persona, una interpretación, una lectura, poniendo énfasis en distintos aspectos. Enriquecimiento mutuo.
      Dos años más tarde, el sector más inquieto del club decidió que ya era hora de darle un hermano, eso sí, totalmente independiente y sin control profesoral. Y así surgió el Club de Escritura Cartapacio que tan buenos momentos está proporcionando a sus integrantes. Pegada de carteles anunciándolo, reuniones periódicas, también una al mes, cinefórums, debates, participación en las fiestas del instituto, con un taller de caligramas… y lo más enriquecedor, poder compartir lo escrito, que alguien como tú lea lo que, con tanta dedicación e interés, escribes, a la vez que te conviertes en el ayudante y comentarista de lo que esa persona escribe. Siempre resulta enriquecedor. Para todos.
      Tiempo después, corría el mes de marzo de 2013, leímos “La noche en que Frankenstein leyó el Quijote”, de Santiago Posteguillo, que, por tratarse de un ensayo de divulgación que habla de autores y libros, nos dio la idea para participar en el concurso. Se trataba de unir todos los palos, es decir, de leer, comentar y escribir, continuando con la idea de las anécdotas relacionadas con escritores de distintos países y de distintas épocas.
      Y aquí estaban ya todos los ingredientes necesarios que nos iban a permitir cocinar, unas veces a fuego lento, otras vivo, pero sin que se nos quemase el plato, los textos que, poco a poco, fueron formando este corpus que ofrecemos a vuestra consideración.
    El primer paso consistió en buscar aspectos de la vida de los escritores que pudieran suscitar la curiosidad de quienes iban a trabajar sobre ellos y, también, la de los posibles lectores. Una vez hecha la selección, el siguiente eslabón fue buscar diferentes tipologías textuales que permitieran ejercitarse en la escritura, entre ellas, el monólogo interior, la entrevista, el diario de viajes, el narrador omnisciente, el perspectivismo del narrador, el diario, una crítica literaria…; diferentes géneros: la poesía, el teatro, la narrativa... 
     Ese proyecto inicial fue sometido a debate, se decidieron los pasos que había que dar para seguir con esta cocina de la escritura, cómo iba a ser el reparto de tareas, qué material había que consultar para reforzar lo que ya sabíamos sobre el enfoque que íbamos a dar a los textos. Intercambio de opiniones que demostró que todos remábamos en la misma dirección.
      Para llevarlo a cabo, muchas han sido las horas dedicadas a intentar ponerse en la piel de esos escritores, para comprender lo que pensaban, lo que sentían, lo que los movía a comportarse como lo hicieron en los pasajes seleccionados  de sus vidas. 
    Y todo ello presidido por el respeto hacia los autores cuyos libros fueron consultados o leídos y que aparecen en la bibliografía.
      Si el esfuerzo ha merecido la pena, ya nos lo diréis.

Grupo PARNASO.